miércoles, 9 de mayo de 2012

El perroflauta de Hamelín

Al norte de Alemania, hace muchísimo tiempo, había una ciudad, Hamelín. Un día como cualquier otro Hamelín se vio invadida por una plaga de ratas-zombie. Habían tantas que se atrevían a perseguir y morder a los gatos, la cuidad entera se llenó de animales zombie. Las ratas hasta se subían a las cunas de los niños a violarlos, eran pedoratas. Incluso se subían por las faldas de las señoras marujas que estaban en la plaza, robaban quesos a la gente para después revenderlos en el mercado negro y montaban orgías en la puerta del ayuntamiento.
Al ver a las ratas el alcalde y Enrique, concejal de juventud y tiempo libre, buscaron una solución. Empezó a sonar una extraña canción: "nyanyanyanyanyan" y acto seguido un hombre entró en la sala donde estaban el alcalde y Enrique. Era un hombre alto, delgado, con una gran barba gris y estaba vestido de marrón y gris, se presentó, era un perroflauta, pero no un perroflauta cualquiera, no, era... ¡EL PERROFLAUTA! ¡¡Chanchán!!
-Hola zeñorez, yo zoy el Perroflauta mágico, yo oz puedo liberar de laz rataz, pero como zoy pobre necezito que me deiz 1000 florinez.
-Te damos 33 céntimos, y estamos siendo generosos.
-Vale, puez allá voy.

El perroflauta mágico salió del ayuntamiento y se puso a tocar una canción con su zambomba. Todas las ratas empezaron a seguirle y el se las llevo a las afueras de la cuidad, donde juntos empezaron a hacer un malvado plan para conquistar el mundo. Después de 3 días y 2 orgías todas las ratas-zombie y el perroflauta invadieron el mundo. Colorín colorado y este cuento se ha acabado. Todos fueron felices y comieron queso.

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